Algunos mitos sobre la sexualidad femenina
A - Una mujer sexualmente activa es tomada como prostituta por el hombre.
Este es un mito bastante frecuente, lo que ocurre en la realidad es todo lo contrario, según los testimonios de los hombres, valoran y se sienten más plenos cuando se encuentran con una mujer que deja un papel pasivo, al revés de lo que creen ellas, ellos se sienten aliviados, liberados y menos presionados al darse cuenta que no es él, el único responsable del éxito del encuentro.
B - Hay que tratar de satisfacer siempre al compañero.
Esta es una creencia antigua, también bastante común en muchas mujeres que se sienten inseguras de sí mismas. Tienen la creencia que no importan sus necesidades y sus derechos. Temen pedir lo que necesitan, ya sea que él demore la penetración ó que la acaricie. Piensan que el varón puede compararla con otras mujeres que no solicitan nada. Vivida de esa forma la sexualidad es algo opresivo que impide el natural desempeño. Algunas llegan al extremo de fingir el orgasmo para satisfacer el varón. Al revés de lo que muchas mujeres enuncian creo definitivamente que la mujer que se ocupa de obtener placer propio alcanza un propio espacio psíquico y emocional, que la predispone a tener una mejor sexualidad y calidad de relación con el otro.
C - El orgasmo simultáneo es necesario para una buena sexualidad.
Partiendo de la base que tenemos ritmos diferente hombres y mujeres, buscar la simultaneidad en el orgasmo es un hecho poco natural y forzado. Es una exigencia machista que considera el hecho de tener orgasmo simultáneos es expresión de una sexualidad armónica.
Suele ocurrir que muchas mujeres se fuerzan y no se relajan para producir un orgasmo simultáneo con su compañero, aún a expensas de no tener orgasmos ellas mismas por sentirse exigidas. Si bien es algo placentero la sincronización orgásmica, es un hecho que se tiene que dar naturalmente.
D - Masturbarse es algo infantil.
La sexualidad femenina esta condicionada por la teoría falocéntrica, de que la mujer se satisface en el coito, sobre la base de esta teoría, la masturbación aparecía como algo innecesario y hasta criticable. Este condicionamiento cultural se transforma para muchas mujeres en autocensura hacia la práctica masturbatoria, cuando en verdad es una fuente importantísima de placer, autoconocimiento corporal y de amor a sí misma. Respecto a esto último René Spitz decía que la estimulación táctil en los bebés es vital, la autoestimulación en ese sentido se integra dentro del concepto de amarse a sí misma, algo que es imprescindible para amar a los otros y para ser amadas.
En lo relativo al autoconocimiento corporal, muchos ignoran que el disparador orgasmático tiene su sede en el clítoris, si una mujer ha practicado la auto estimulación tiene la posibilidad ahí de reconocer sus propias zonas erógenas, y así obtener un excelente conocimiento para integrarlo a sus relaciones sexuales.
E - La mujeres somos “lerdas” y la sexualidad hay que limitarla a la penetración.
Esta creencia suele ir acompañada de que besos, caricias y abrazos son “juegos preliminares”, cuando en realidad son parte inseparable del acto sexual. Muchas veces la mujer está lubricada y no está en condiciones para iniciar el coito, lo que se ignora es que los ritmos de excitación son diferentes entre hombre y mujer, la mujer demora más por razones hasta de orden fisiológico.
Hay que darle lugar al erotismo para generar una adecuada excitación, incluyendo para ello todos los sentidos tocar, oler, oír, saborear, no como algo secundario sino sumamente importante. Para las mujeres suele ser necesaria la sensibilización erótica y gradual de todo el cuerpo para un disfrute pleno. Ambos se pierden de un disfrute intenso sino integran esa parte tan importante.
Hay hombres que se acotan en su manifestación por la creencia ó el miedo a perder su erección su rendimiento eficaz.
F - Para disfrutar sexualmente necesitamos un pene grande.
Este punto está vinculado con el anterior, y con el punto donde desarrollé la importancia del clítoris. Primero porque como dije antes, las mujeres necesitamos para excitarnos el contacto con los sentidos, que nos abracen, que nos hablen que nos acaricien, que nos huelan etc., por otro lado el órgano primordial para nosotras a la hora de la satisfacción es el clítoris. Si embargo muchas mujeres siguen influidas por ese prejuicio machista.
La realidad es que el hombre tiene una preocupación a veces excesiva por su pene, al punto de creer que cuanto más grande mejor funciona.
G - Si gritamos en la cama gozamos más del sexo.
Este mito esta basado en la creencia machista de que si un hombre “la hace gritar a una mujer”, él es un excelente amante. Esta es una creencia falsa pues hay mujeres que son silenciosas a la hora de llegar al orgasmo y disfrutan como aquellas que hacen mucho ruido. El nivel y la calidad de disfrute sexual no está vinculado con el despliegue de sonido que se libera con la voz.
H - La sexualidad femenina se debilita con la edad.
Muchas mujeres cuando llegan a períodos que rondan la menopausia, consideran que y no están “para eso” refiriéndose al sexo. Desde su propio sistema de creencia imitan la sexualidad a la reproducción y como ya muchas de ellas han tenido hijos renuncian a la misma. Desde ya esta actitud guarda íntima relación con como ha sido su comportamiento en la juventud, en esta edad más avanzada se potencian comportamientos que se han tenido toda la vida, ó sea, una mujer que antes de entrar en menopausia se mostraba por momentos reacia al sexo, cuando llegue a la menopausia probablemente lo evite con más frecuencia ó totalmente. Desde ya que en el período pre y menopáusico hay una caída de estrógenos que justifica un debilitamiento de la libido y la de lubricación vaginal, estos fenómenos sin embargo no justifican la evitación sexual.
I -El sexo anal y oral no son prácticas apropiadas.
El rechazo a sentir placer sexual en estas zonas está asociado al hecho de que se creyó durante mucho tiempo que el sexo vaginal era el normal. En verdad, la sexualidad es la manera que tenemos de expresar nuestros sentimientos, emociones e instintos, la misma es amplia y diversa y no se puede circunscribir a un solo estereotipo ó forma de vivirla. Las zonas erógenas son diversas y peculiares en cada individuo.
Es importante a la hora de innovar en una práctica sexual que exista el consenso de ambas partes.
J - Para gozar tenemos que encontrar un hombre que se dé cuenta de lo que nosotras necesitamos sexualmente.
Muchas mujeres aún hoy en día no se permiten disfrutar y experimentar plenamente de su sexualidad y le atribuyen al hombre esa dificultad.
Existe la creencia falsa en muchas mujeres de que el hombre en el terreno sexual tiene que adivinar ó percibir lo que a nostras nos gusta. Esta creencia alejada de la realidad lleva a muchas mujeres a tener una actitud pasiva en el sexo, no se animan a pedirle y a comunicarle al compañero corporal ó verbalmente lo que necesitan, consideran de antemano que el hombre es el conocedor y el experimentado.
Hay casos en que estas mujeres no pueden llegar al orgasmo y suelen quedar insatisfechas u otras acceden a ser penetradas cuando todavía no han alcanzado un estado de excitación. La realidad es que la sexualidad es personal y peculiar en cada individuo, lo que para una mujer puede ser altamente erótico, para otra no, entones no hay un parámetro rígido de estimulación erógena, también los tiempos de excitación son distintos en cada una, entonces cada una de nosotras tenemos que dar a conocer y hacernos cargo responsablemente de cuáles son nuestros ritmos y preferencia, esta es nuestra responsabilidad sexual.
K - Con los años de matrimonio ó convivencia se acaba la pasión sexual.
Entre las mujeres está instalada esta falsa creencia. Muchas mujeres creen que porque ya conquistaron a su pareja no es necesario que sigan seduciéndola y enamorándola. El sexo es la máxima expresión física del amor entre dos personas que se quieren. Es importante instrumentar la creatividad; yo aliento a las mujeres en lo talleres a usar todos los sentidos, los ojos, los oídos, la lengua, las manos, que se miren, que acaricien, que huelan y que se permitan mirar, ser acariciadas para mantener viva la excitación sexual, con el objetivo no sólo de darles placer a sus compañeros sino también y fundamentalmente para ellas estar más felices y plenas.
La sexualidad es una fuente ilimitada de placer, de autoexpresión y de comunicación no verbal. Es un espacio íntimo de contacto y de reconocimiento de nuestro cuerpo, nuestras sensaciones y de diálogo corporal con el cuerpo y el ser del otro.