Mitos Sexuales I
El deseo del orgasmo simultaneo por parte del varón y de la mujer ha sido por mucho tiempo un tema de discusión. Sin embargo, hay que considerar algunos aspectos de la respuesta sexual, antes que una pareja se comprometa en una lucha desigual por la consecución del orgasmo simultáneo, o antes que acepten la premisa de que ofrece el máximo placer sexual.
Si cualquiera de las dos personas está preocupada en satisfacerse antes que nada, o es atrapada en su propio orgasmo inminente, no podrá conceder una total atención a su compañero. Por otra parte, se dedica una atención excesiva a la satisfacción sexual del compañero, será imposible que se concentre apropiadamente en la respuesta y en el placer en sí misma.
Además, hombres y mujeres podrían reaccionar de forma diferente para alcanzar el orgasmo y/o la satisfacción. Si difieren los patrones para conseguir el orgasmo y/o satisfacción en forma manifiesta, la meta del orgasmo simultáneo será difícil.
Es más fácil que un hombre alcance el orgasmo, pero por lo general sólo es capaz de uno. En consecuencia, el varón podría demorar su placer hasta que la mujer estuviera satisfecha. Si la mujer no puede alcanzar el orgasmo, aún después de un coito prolongado, el varón podría alcanzar el suyo e inmediatamente llevar a la mujer al clímax, oral o manualmente.
El orgasmo es una experiencia y una sensación tan individual que no siempre la pareja está conectada con lo que en esos pocos segundos ocurre fuera de ellos. El orgasmo está asociado a una alteración temporal de la conciencia en esos 12 a 30 seg en que ocurre. Para algunas parejas es importante compartir ese momento como un hecho afectivamente relevante, pero en esos instantes raramente alguien puede descentrarse de su propia experiencia. Muy pocas parejas pueden lograr regularmente el orgasmo simultáneo, ya que requiere una coordinación, un autoconocimiento y un conocimiento del otro muy importante. Apuntar al orgasmo simultáneo como el objetivo de la relación sexual o el máximo indicador de un acto sexual pleno puede generar roces y malos entendidos en las parejas.
Lo interesante si se intenta el orgasmo simultáneo es plantearlo como un juego, no como una nueva exigencia. La posibilidad de alcanzar un orgasmo al mismo tiempo puede ser satisfactoria para una pareja, pero no es imprescindible ni necesaria. Su búsqueda puede transformar lo que hasta ayer era una buena relación en un foco de conflicto. Es necesario conocer y respetar el tiempo particular de la compañera o el compañero sexual, sin forzar coincidencias. Se ha de buscar la satisfacción mutua, independientemente de lo que tarde cada uno en sentir placer.