Perversiones
FETICHISMO
El caballero de cuarenta años, soltero, cerrajero de profesión y con temperamento artístico, tuvo un padre que estuvo loco durante un tiempo y una madre muy nerviosa.
Creció bien y era inteligente, pero pronto se vio afectado por tics y alucinaciones. Nunca se había masturbado y soñaba con planes matrimoniales. A veces, aunque raramente, copulaba con prostitutas; nunca quedó satisfecho con dichas relaciones, más bien le disgustaban. El 28 de agosto de 1889 fue arrestado en Trocadero(París) cuando le cortaba por la fuerza los cabellos a una joven. Fue detenido con el pelo en la mano y un par de las tijeras en el bolsillo. Trató de disculparse alegando turbación mental momentánea y una pasión irresistible; confesó que había cortado pelo unas diez veces y que lo guardaba con gran placer. Al registrar su casa se encontraron sesenta y cinco postizos y trenzas de pelo, clasificados en caja.
Afirmó que cuando estaba solo en su cuarto se sentía enfermo, ansioso, excitado y mareado, y entonces lo asaltaba el impulso de tocar cabellos femeninos. Si lograba tocar con las manos el pelo de alguna muchacha, se excitaba de forma muy intensa, tenía una erección y eyaculaba, sin buscar ningún otro tipo de contacto físico con ella. De regreso a casa, se sentía avergonzado de lo ocurrido; pero el deseo de poseer pelo, siempre acompañado de un gran placer sexual, se había ido haciendo más intenso. Una noche no pudo resistir el impulso de corta el pelo de una joven .Con la cabellera en su mano ya en casa, el proceso sensual se repitió. Se sintió impulsado a restregarse el cuerpo con el pelo y envolverse los genitales con él .Por último, bastante exhausto, experimento tal vergüenza que no salió de su casa en varios días.
Se extasiaba con la colección de cabelleras. Las peinaba y las mimaba, logrando así intensos orgasmos, satisfaciéndose a sí mismo con la masturbación. Si el pelo estaba expuesto para su venta en una caja de peluquería, no le hacia la menor impresión; necesita que estuviera colgando de una cabeza femenina .Cuando tocaba el pelo con las tijeras le sobrevenía la erección y, en el instante de cortar, la eyaculación. La opinión médico-legal lo considero hereditariamente predispuesto y probo el carácter claramente involuntario e impulsivo de estos hechos delictivos ,que eran actos aducidos por una idea imperiosa, acompañados de un sentimiento sexual anormal. Fue perdonado y enviado al manicomio.